sábado, 11 de diciembre de 2010
Desarrollo del lenguaje de 6 a 8 años en el contexto venezolano
Desarrollo biológico
La infancia intermedia en el niño venezolano, está entre las etapas más saludables de la vida, a pesar de la frecuencia de gripes y gargantas irritadas. Afortunadamente, las enfermedades debilitantes son raras. El crecimiento normal depende de una nutrición adecuada y a una buena salud. Un problema común que va en aumento: la obesidad infantil.
Los niños de 6 a 12 años se ven diferentes de los de menos edad. Son mucho más altos y la mayoría delgados pero fuertes, a pesar de que la tasa de obesidad se ha incrementado en las últimas décadas.
Las niñas conservan un poco más de tejido graso que los niños, una característica física que persistirá a lo largo de la madurez. Hacia el final de la etapa intermedia, generalmente entre los 10 y 12 años de edad, las niñas comienzan su esfuerzo extraordinario de crecimiento y, de repente, están mirando a los niños de su clase con menosprecio.
Los cambios en estatura y peso no son completamente paralelos en niños y niñas. Para cuando las niñas tienen nueve años, han alcanzado a los niños en estatura, después de haberse rezagado un poco; sin embargo, con frecuencia se rezagan en peso, hasta cuando los alcanzan a los 10 años las niñas.
Desarrollo lingüístico
La sabiduría popular sostiene que para la época en que entran a primer grado, todos los niños normales han aprendido un idioma. El niño pronuncia las palabras claras y puede conversar fácilmente acerca de muchas cosas. Pero todavía hay bastantes palabras que desconoce y muchas sutilezas del lenguaje que no nota. Los niños son ahora más capaces de interpretar la comunicación y de hacerse entender.
La mayoría de los niños de seis años todavía no han aprendido cómo manejar las construcciones gramaticales en las cuales una palabra se utiliza en la forma como se hizo prometer en la primera frase, aunque ellos saben lo que significa una promesa y son capaces de usar y entender la palabra correctamente en otras oraciones. Para la edad de 8 años, la mayoría de los niños pueden interpretar la primera frase en forma correcta. Ellos conocen el concepto ligado a la palabra “promesa” y saben cómo puede ser usada.
Durante los primeros años escolares, rara vez emplean la voz pasiva, los tiempos verbales que incluyen el auxiliar haber y las oraciones condicionales con si...entonces.
Hasta los nueve años y posiblemente después, desarrollan una creciente y compleja comprensión de la sintaxis, la forma como las palabras se organizan en frases y oraciones.
- Sus oraciones tienen de 6 a 8 palabras
- Utiliza más conjunciones, preposiciones y artículos
- Puede definir palabras sencillas y conoce algunos antónimos
Desarrollo cognitivo
A la edad de 4-6 años, el niño piensa que su propio punto de vista es el único posible. Mientras que a la edad de 6-8 años, el niño se da cuenta de que otras personas pueden interpretar una situación de forma distinta de cómo ella ve. Los niños de 8 a 10 años tienen una conciencia recíproca, y se da cuenta de que otros tienen diferentes puntos de vista y que son conscientes de que él tiene sus propios puntos de vista. Entiende la importancia de que otros sepan que sus requerimientos no han sido ignorados u olvidados.
En la Educación Inicial según el currículo nacional bolivariano, el entorno social y cultural es fundamental para el desarrollo infantil, y en ese entorno, se concibe a las niñas y los niños como seres humanos, sujetos de derecho que poseen un potencial de desarrollo que les permitirá avanzar etapas sucesivas a través de las cuales se irán produciendo los cambios que habrán de conducirlas(os) hasta la adolescencia y la adultez.
Aunque cada niño y niña tiene su propio ritmo y su estilo de desarrollo y aprendizaje, se caracterizan por su curiosidad, su sensibilidad, su espontaneidad y una permanente observación, exploración e investigación de su ambiente. Las actividades de su vida diaria en los diferentes espacios de interacción social (hogar, maternal, centro preescolar, centros de educación inicial y de atención integral, parques, reuniones familiares o infantiles) les permitirán integrarse progresivamente como miembros de una familia, de una escuela, de una colectividad.
Dentro de esta concepción el entorno del niño y la niña se aprecia con un sentido ecológico, siguiendo a Brofembrener (1987), considerando todo lo que lo(a)
rodea y lo(a) afecta directa e indirectamente: la familia, los hogares de atención integral, los centros de Educación Inicial, los adultos significativos, la comunidad, la garantía de sus derechos, la cultura, los medios de comunicación social, las previsiones y acciones para la protección integral, además de los espacios físicos y naturales que condicionan su desarrollo.
El concepto de familia, como escenario natural de desarrollo integral ha variado en su concepción y actualmente se ve de manera distinta a lo que se conocía tradicionalmente. Es así que el término familia varía inclusive dentro de una misma sociedad y en un mismo grupo social, dependiendo de las relaciones parentales.
En Venezuela
Es importante que las nuevas generaciones tengan conciencia de que el español que se habla en Venezuela es expresión genuina de nuestra identidad nacional. Pero, asimismo, lo son las lenguas de las diferentes comunidades indígenas, idiomas que tienen la misma dignidad que la lengua que habla la mayoría de los venezolanos.
Cuando se escribe y se lee
En Venezuela, cada día es más frecuente la pronunciación de una -s al final de algunos tiempos verbales (como en *leístes, *comistes). Pero esto no es la norma formal. Si bien es cierto que en el caso de tú, el verbo casi siempre termina en –s en todos sus tiempos (hablas, corrías, bailabas, estudiarás, contestes, salgas, rieras), en el pretérito del indicativo jamás la lleva (hablaste, corriste, bailaste, estudiaste, contestaste, saliste, reíste). Por asociación con los demás tiempos, en la lengua oral muchas personas pronuncian este sonido y algunas llegan a escribirlo. Es un uso que podemos evitar. ¿Cómo? Recuerda: la terminación –aste o –iste (segunda persona, singular, pretérito
Indicativo) jamás termina en –s; así: oíste, dudaste, pero no te equivocaste.
Algo para recordar
La variedad lingüística en que deben fundamentarse las diversas actividades que se realicen en nuestras escuelas debe ser el español de Venezuela, porque es la que conocen los niños en su relación cotidiana con otros, es la que usan para comunicarse.
Es necesario el reconocimiento del español de Venezuela y sus distintas variedades como un principio de reafirmación de la identidad regional y nacional, sin olvidar el respeto que se debe a las diversas variedades de las lenguas indígenas venezolanas.